martes, 15 de diciembre de 2009

¿La noche me confunde o me aclara las ideas?


–¿Sabe entonces quién le agredió?

–Desde el principio pensé que era alguien a quien le caía mal. Por mis ideas me insultan mucho por la calle y pueden haber sido moros, antifascistas o gente normal del cine o de la SGAE.

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lunes, 2 de noviembre de 2009

Identidad Nacional

La Libertad guiando al pueblo (francés)

¿Cuántos de esos lugares horriblemente nacionalistas, separatistas, insolidarios e irracionales tienen un Ministerio de la Identidad Nacional? Algunos pensarán que son cosas de Sarkozy. Yo creo que hay que ver la de tonterías que nos han contado sobre la France, pero sobre todo, las que no nos han contado, especialmente de 1789 en adelante.

lunes, 24 de agosto de 2009

El otro Larsson


Empujado por la curiosidad que le asalta a uno cuando ve que uno de cada dos libros que están leyendo los pasajeros del transporte público son el mismo (y por una curiosa apreciación de un amigo), decidí leer el best-seller Los hombres que no amaban a las mujeres (Stieg Larsson, Destino).

Al igual que Tanaka Ken, no esperaba nada; mi curiosidad se centraba únicamente en descubrir cuál era motivo que había empujado a tanta gente (ahora que yo iba a engordar esa lista) a leer ese libro en concreto.

Empecemos por reconocer rápidamente que, tras haberla leído, las razones que han llevado al éxito a la novela siguen siendo desconocidas para mí. La opinión que he oído repetida más veces entre amigos que la habían leído (o que se disponían a hacerlo) era que estaba bien escrita “a pesar de ser un best-seller”. Es cierto que hay libros que le ponen a uno los pelos de punta, otros que escasamente sirven para sostener tablones e incluso los hay que uno quisiera emplearlos de forma contundente contra su escritor (o mejor, a su editor). Los hombres… no entra dentro de esa categoría, del mismo modo que no es un libro que esté bien escrito. Porque si por escribir bien entendemos hacerlo correctamente, hasta ahí el traductor del original no ha descuidado su ortografía ni su sintaxis, mas cuando decimos “bien escrito” refiriéndonos a una novela (y los best-sellers lo son en no menor medida que cualquiera otra) lo hacemos en términos literarios. Y ahí no puedo estar de acuerdo: 665 páginas de logorrea sin una mala elipsis o un sobrentendido para alegrarnos un poco no justifican esa consideración.

Otra cosa hubiera sido que el libro fuese vulgar pero estuviera repleto de situaciones y personajes sorprendentes. Pero de nuevo no es así. Todo parece sacado de fórmulas vistas mil veces en las películas de (o con) psicópatas (en ese sentido imagino que la adaptación cinematográfica debió resultarles particularmente sencilla a sus guionistas) con el añadido de que todos los personajes que son “buenos” -y hay muy pocas comillas que poner en lo referente a la condición de buenos o malos de los personajes de la trama- se entienden a la perfección y enseguida se llevan bien. Luego viene el tema del sexo, naturalmente, el motivo que impulsa la violencia. No estamos frente a los tabúes de hace 100 años, pues el protagonista comparte mujer y la protagonista es medio lesbiana (“nunca le dedicó tiempo a reflexionar si era hetero, homo o, incluso, bisexual”), pero estos aparecen convenientemente sustituidos por el sadismo y el incesto.

Tal vez haya algo original en el personaje de Lisbeth Salander. Lo que pasa es que si vas a poner de protagonista a un personaje que es autista a tiempo parcial tendría más gracia que le hubieses dado la voz a ella en lugar de tener al narrador omnisciente explicando constantemente de qué manera la ve todo el mundo.

Todo sea dicho, si Larsson hubiera seguido mi consejo no habría vendido ni la cuarta parte de lo que ha vendido.

Visto lo visto, para mí, Larsson sigue habiendo sólo uno, Henrik.

martes, 14 de julio de 2009

Biografía, que algo queda


Es difícil saber con qué chorrada quedarse: se puede elegir entre el retrato de Bobby Neuwirth y el clásico "ponle una peluca y una muñeca loca y ya tienes a Andy Warhol"; yo destacaría el ridículo remedo de Velvet Underground (y la Exploding Plastic Inevitable).





Pero, sin duda, lo mejor es el encuentro entre Andy Memento y Darth Vader Dylan en la Factory. Quita el hipo, advierto.




Así las cosas, la reacción de Lou Reed no resulta extraña.

miércoles, 1 de julio de 2009

Por si no lo habíais pillado

Es una lástima que una decisión de post-producción arruine la mejor idea de dirección que contiene The Wrestler: la analogía que se traza en los sucesivas saltos al ruedo de los protagonistas (con la cámara siguiéndoles a su espalda).
Los instantes previos a la actuación de Mickey Rourke se equiparan a los de Marisa Tomei y –finalmente- al recorrido que realiza el protagonista antes de salir a despachar como dependiente de una charcutería. Alguien debió de pensar que la cosa no estaba clara y subrayó ese último con el sonido extradiegético de una multitud expectante. Una pena.

viernes, 22 de mayo de 2009

El hombre que sabía jugar al fútbol

martes, 12 de mayo de 2009

Suave es la noche 2009

Celebrando el segundo aniversario de su estreno, ahora se puede ver el cortometraje íntegro en también en IMDb y Vimeo.


De propina os dejo también el making of.



jueves, 30 de abril de 2009

Chandler on Chandler


“Siempre estoy leyendo artículos de otros escritores que cuentan que ellos nunca esperan la inspiración; se sientan ante su escritorio cada mañana a las ocho, tanto si llueve como si hace sol, aunque tengan resaca y un brazo roto, y ponen manos a la obra. Aunque tengan la mente en blanco o el ingenio embotado, a ellos que no les vengan con tonterías sobre la inspiración. Les declaro mi admiración y procuro mantenerme alejado de sus libros.
Por mi parte, espero la inspiración, aunque no la llamo necesariamente por ese nombre. (…) Lo importante es que debe existir un espacio de tiempo, pongamos un mínimo de cuatro horas al día, en el que un escritor profesional no haga nada, aparte de escribir. No hace falta que escriba, si no se siente inspirado más vale que no lo intente. Puede mirar por la ventana o hacer el pino o revolcarse por el suelo, pero no debe hacer ninguna otra cosa concreta: ni leer, ni escribir cartas, ni hojear revistas, ni firmar cheques. O escribe o no hace nada. Es lo mismo que mantener el orden en la escuela. Si consigues que los chavales se comporten, tendrán que aprender algo para matar el aburrimiento. He comprobado que funciona. Dos reglas muy sencillas: A, no es necesario que escribas. B, no puedes hacer nada más. El resto sale solo.”

Carta a Alex Barris, crítico del San Francisco Chronicle, 18 de marzo de 1949.

Chandler por sí mismo
Traducción de Juan Manuel Ibeas
Editorial Debate, 1990
Págs. 75-76
.

jueves, 5 de marzo de 2009

Derby

Uno de los personajes de la portada es Gonzalo "Pipita" (buen apodo para un madridista) Higuaín -ese hombre que llegó a Madrid con el pelo rizado y tres temporadas en el noble y bélico adalid le han alisado el cabello-, pero el otro ¿quién es? A priori se trata de una reproducción en cera de un aborigen americano que sostiene un escudo del Atlético de Madrid. El titular reza: "El Kun Agüero sería un gran fichaje" ('los grandes jugadores juegan en los grandes clubes') . Más allá del habitual ninguneo madridista representado aquí por las declaraciones de Pipita, sospecho que el muñeco antropomórfico que posa al lado del ariete argentino-francés representa algo relacionado con el Atlético de Madrid. La palabra Kun cae justo debajo de la figura inerte. No es por ponerme semiótico, y a lo mejor soy un mal pensado, pero me han asaltado ideas como: indio, criollo, "negro de Banyoles", etc.

lunes, 2 de marzo de 2009

Galicia y olé

Los gallegos somos conservadores y españolistas. Esta es la sencilla razón que explica lo ocurrido ayer. No hay más. Bueno, sí; razones subsidiarias de la anterior. La lengua gallega nos la sopla. Tenemos una visión folclorista de la cultura, e infantil de la política. Somos cobardes, y cuando de casualidad tenemos la oportunidad de probar algo diferente y nuevo, concluimos: "No gracias, que vuelva lo de siempre". Sí, el nivel de la clase política es patético. Tenemos que elegir entre el tipo gris del partido que lleva torpedeando al nacionalismo desde los años 30, el tipo gris del partido que todavía no se ha enterado de que Galicia no es Cataluña, y el tipo gris del partido que se ha hecho experto en interpretar correctamente nuestro tan traído y llevado autoodio (por eso ha ganado, y con contundencia). Pero no nos engañemos desviando la atención hacia todos ellos. Como escribió John Kenneth Galbraith cuando quiso responder a quienes se rasgaban las vestiduras por las descabelladas decisiones políticas de Reagan y el primer Bush:

”Esta crítica, o gran parte de ella, es errónea o, en el mejor de los casos, políticamente superficial. El gobierno de Estados Unidos ha sido en años recientes un reflejo válido de las preferencias económicas y sociales de la mayoría de los votantes: la mayoría electoral. Hay que decir y destacar en defensa de Ronald Reagan y George Bush como presidentes, que ambos fueron, o son, fieles representantes del electorado que los eligió. Atribuimos a los políticos lo que debería atribuirse a la comunidad a la que sirven.”

John Kenneth Galbraith: La cultura de la satisfacción, Barcelona, Ariel, 1992, pág. 31

No nos rompamos la cabeza. Ayer los gallegos salimos en masa a las urnas –récord de participación- para decirle a España con claridad: así somos, madre patria.

viernes, 27 de febrero de 2009

Nuevo blog sobre arte

He creado este otro blog para que Non hai dúbida no se convierta en algo monotemático.

lunes, 2 de febrero de 2009

El Atleti, De la Morena y el poder de la prensa


Vaya recital de delamorenismo puro (es decir, puramente rancio) ayer en El Larguero a cuenta del Atleti y sus desgracias. El comienzo de este nuevo capítulo de “Vaya marrón: toca hablar del Atleti” ya lo dice todo: “Ha perdido el Atleti en un ambiente en el que es muy difícil jugar al fútbol”. El “ambiente” consiste en que los aficionados protestan, y lo hacen especialmente contra Gil y Cerezo. Pero De la Morena lo tiene claro: “Cerezo y Gil son los máximos accionistas del Atlético de Madrid, y ellos son los que apechugan con las deudas, y… y… y… con los costes del Atlético de Madrid”.

De la Morena habla cabreado, pero lo triste es que lo que le jode de verdad no es la deriva del equipo, sino el hecho de que a causa de ella cada vez le sea más difícil evitar el tema “Aguirre y sus críticos”. Está contemplando horrorizado cómo el fútbol (aunque sea el mal fútbol) le está ganando la partida al personaje de pinche bufón con el que su amigo le ha rellenado tantos minutos inolvidables de programa. De la Morena se resiste, por supuesto, y todavía tiene arrestos para rendir algún que otro homenaje a unos tiempos que, en el fondo, sabe que ya no volverán. Transcribo el momento álgido:

Javier Aguirre: Con Kun es maravilloso: hablamos, le doy consejo, le pido su opinión en muchas cosas, nos reímos…

José Ramón de la Morena: Sí, pero qué cons… qué… qué opinio… ¿qué consejo le va a dar a usted, con la experiencia que tiene usted con cincuenta años, qué opinión le va a dar a usted un chaval de veinte años?

J.A.: ¿Yo a él? Como a mi hijo.

J. R. M.: ¡Ah, bueno! Usted sí…

J. A.: Que no fume, que no vaya con gente que no le conviene, que se ponga preservativos, que… que… que estudie… que… eso le digo. Que vea fútbol, que aprenda…

J. R. M.: Lo de los preservativos se lo ha dicho tarde, no le ha hecho mucho caso.


La cosa termina con De la Morena recordando que en cada temporada Aguirre siempre ha dejado al Atleti mejor clasificado que en la anterior, a lo que el mexicano responde que en ésta también sucederá: serán terceros. De la Morena remata, en su estilo: “Lo que dice un hombre, que lo bendiga Dios”.

A continuación le calla la boca a Antonio Ruiz cuando éste iba a decir que Aguirre vive en el mundo de Alicia en el país de las maravillas: “No quiero opinión, que la vamos a hacer ahora en el sanedrín. Quiero saber la información que tienes”, le interrumpe nervioso. Sabemos que Antonio Ruiz no es, precisamente, alguien brillante, pero sí es quien cubre el día a día del Atleti. Sin embargo De la Morena prefiere la opinión de otros que hablan de oídas, como Relaño y Paco González. En el sanedrín sólo consigue relajarse cuando a Paco le da por apuntar una causa de lo más peregrina para la actual decadencia del equipo: hay pocos españoles. El tema de “lo español” da alas, como siempre, a De la Morena, que revive: “Ahí debajo sí que firmo yo.” Y enlaza con otra de sus obsesiones: “Es que el Atleti es un equipo muy familiar, es una afición muy familiar”.

Aparte de que en El Larguero de ayer se demostró de nuevo que De la Morena no es más que un colchonero de opereta (madridista del régimen en lo más íntimo), para mí todo esto revela otra cosa. Y es que este personaje, a fuerza de promover en su programa el chascarrillo, el marujeo, el españolismo más pedestre, la condescendencia clerical con la que trata de adornar todas sus entrevistas, etcétera, etcétera, ha dejado de ser alguien realmente influyente en el mundo del deporte (en el sentido en el que García sí lo era). Es sólo un personaje de feria cutre, y si le mantienen ahí es porque a mucha gente, además del deporte -que siguen en el Carrusel- también le gustan las ferias cutres.

Porque cuando De la Morena dice “Yo insisto. La idea es no cesar a Javier Aguirre”, lo dice cabreado, sí, pero también con un punto de desesperación: más como quien formula un deseo que como quien da a conocer una certeza. Exactamente igual, por cierto, que cuando aseguró que Ramón Calderón no dimitiría (un día antes de que lo hiciese), incluso cometiendo la temeridad de comunicárselo en primicia a Carlos Sáinz –que estaba en el Dakar-, como si por el simple hecho de decírselo en directo a alguien famoso tuviese más posibilidades de cumplirse. Puede que García lograse cosas de este tipo, simplemente hablando. De la Morena no. Al día siguiente Calderón dimitió, y el de Brunete, como es habitual en estos casos, no hizo el programa. Esto tampoco es nuevo: ¿Cuánto tardó en volver al programa desde el momento en el que Luis Aragonés ganó la Eurocopa?

La prensa deportiva tiene mucho poder, pero no De la Morena, quien ha conseguido, en un medio en el que no existe equivalente al género "telebasura", convertirse en lo más parecido a ésta.

miércoles, 21 de enero de 2009

El Boss

En principio no tiene ningún sentido malgastar 8 minutos del tiempo de uno, pero es que se trata de una de las peores canciones que le haya escuchado a un músico más o menos serio. No quiero decir que Springsteen no haya firmado horteradas (faltaría más) pero mezclar el I Was Made For Lovin' You de Kiss con el tema principal de Hasta que llegó su hora (Once Upon a Time in the West) de Morricone va unos pasos más allá.
Me fascina (como diría Boyero) a su vez el comentario del crítico de El Mundo: "Una canción ambigua, vigorosa y de personalidad fuerte". Parece la nota de cata de un vino.
Pinchad aquí para escuchar Outlaw Pete.

martes, 20 de enero de 2009

Cut & Paste

Falto de inspiración como estoy, además de ocupado en otros menesteres, inauguro el año en este nuestro blog con un genuino "corta-y-pega". Se trata del artículo que Enric González publicó en El País el día en el que la selección española iba a disputar la final de la Eurocopa. Se titula El viejo y decía así:

Y yo, señor juez, ¿qué culpa tengo? El viejo era la víctima perfecta. No había más que verle deambulando por ahí con el chándal chillón, mal afeitado, con la piñata bailándole y esas gafas antiguas, que ni veía de lejos ni veía de cerca. Era la víctima perfecta. Si es que parecía pedirlo, señor juez, parecía pedir que le llovieran palos. Y no me negará usted que el tipo caía mal. Eso no lo digo yo, se acordará usted mismo: todo el mundo, o casi todo el mundo, se la tenía jurada. Se hablaba mal del viejo, es verdad, y se echaba mano de cualquier excusa. Como lo del racismo. Decían que el viejo insultaba a los negros, y hasta le pusieron una multa. Qué le voy a contar: el caso era liarla, y complicarle la vida. No, claro, el viejo no era racista. Tampoco era ludópata, aunque en una época se dejara sus perrillas en el juego. Depresivo quizá sí, quién sabe. Qué más da.
A lo que íbamos: la víctima perfecta. Cada uno vive de lo que puede. Él vivía de llevarse palos, y yo, nosotros, de pegárselos. Y la gente encantada. Porque el viejo, encima, se defendía, se encaraba, intentaba explicarse, se negaba a irse. En este negocio nada funciona mejor que una víctima que se resiste. A la gente le encanta. La gente, señor juez, tiene muy mala leche. Y no lo digo para justificarme, que también: es que es la pura verdad.
Honestamente, yo no esperaba que las cosas fueran a acabar así. Cuanto más lo pienso, más extraño me parece. El asunto pintaba clarísimo: sólo era cuestión de darle palos hasta que se cansara y se largara sin conseguir nada. Mírelo fríamente, señor juez: ¿quién podía prever que el viejo consiguiera algo? Estaba condenado de antemano, lo que se dice un pringao. Así han sido siempre las cosas, ¿no?
Cómo nos equivocamos. Fue sólo eso, una equivocación sin maldad. Le pegábamos sin ensañamiento. Casi en defensa propia, mire lo que le digo. Porque alguien tenía que defender los intereses de todos, y el viejo parecía un peligro público. Que si Raúl, que si los bajitos, que si otra vez la maldición de cuartos, que si el espíritu perdedor, que si ya tiene sustituto, que si a ver cuándo se va... A ver, sea sincero: ¿pensaba usted que el viejo iba a resultar, a su edad y con su historial, la admiración de toda Europa?
Y, sin embargo, aquí estamos. En la final, con un equipo de lujo y con el viejo hecho un sabio. Porque ha resultado que sí, que él era un sabio y nosotros, los periodistas, unos capullos. Yo, al menos, estoy confesando, señor juez, a ver si me vale como atenuante. Otros que le ponían a parir parece que hayan estado siempre con el viejo, apoyándole a muerte. ¿Sabe usted? Me alegro de todo esto. Tiene como una justicia poética. Me alegro sobre todo por el viejo, que ha aguantado lo que ha aguantado. Si pudiera, se lo diría a la cara: señor Luis Aragonés, se ha portado usted como un hombre.


De regalo adjunto un enlace a un interesante entrevista con el hombre de la foto (advierto que está en catalán).